Desde el corazón

Ella solía llegar a casa tremendamente cansada y agotada. Había dispuesto unas almohadas en el suelo que le hacían de cama y otras tantas de nido. Se acurrucaba ene suelo juntando las rodillas en el pecho, como acurrucándose, en ocasiones casi hasta se mecía. Aquel día se quedó profundamente dormida en ese remanso de paz. Nunca había sentido despertar dentro de su sueño, pero estaba despierta, era consciente de que estaba abrazada a algo inmenso. Podía sentir su calor, su textura blandita y sólida. Un calor que le daba paz y le hacía sentirse completamente bien. Una música empezó a sonar y una voz empezó a decir:» Estás en el corazón de la Tierra. Siéntelo y no lo olvides, pronto despertarás.»
Y sí, despertó acurrucada sobre las almohadas. Despertó sabiendo que el sueño era real, sintiendo que ese corazón existía en algún lugar y que su vida nunca iba a ser igual. Había encontrado su brújula, su dirección. Sentir la vida desde el corazón.

Maribel Latorre

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